“Puede que, en otros raros, rarísimos momentos, experimente lo que Bernard Ollivier denomina el nirvana del caminante, para lo cual, segun él, deben darse tres condiciones: un perfecto estado de soledad, sumergirse en la inmensidad del paisaje y que se instaure un acuerdo perfecto entre el cuerpo y el espíritu”
Los senderos del mar, Maria Belmonte