SECCIÓ: EL MIRADOR

Salvemos os nossos caminhos

Todavía es posible encontrar en el Algarve tramos de antiguos caminos creados y utilizados en el pasado por varias civilizaciones. La Calçadinha [1] de Sao Brás de Alportel, por ejemplo, es uno de esos testimonios. Parte de la Via Ossonoba, fue utilizada por los romanos en sus viajes y misiones en la región, uniendo varios pueblos como Faro o Estoi. También tenemos partes de rutas medievales, religiosas o no, que conectaban pueblos, zonas agrícolas o lugares de captación de agua, por ejemplo. Algunos de ellos son muy interesantes, con suelos y muros empedrados muy bien conservados y que aún perduran en la actualidad. En la época contemporánea, nacieron otros caminos por todo el Algarve, siempre como servicios públicos de acceso a montes, playas, asentamientos, cursos de agua u otros lugares de interés colectivo.

¿Por qué traer este tema a la reflexión? Porque estos caminos, de los que todavía hoy podemos encontrar huellas por todo el Algarve, son en realidad mucho más que simples caminos o senderos. Son elementos patrimoniales de nuestra historia y tienen un valor que no debe subestimarse. Nos trasladan a un pasado donde la vida en el campo era próspera, con numerosos montes y pastos habitados, entre los que circulaban las personas, los bienes y las mercancías, donde sucedían acontecimientos de nuestro entorno  regional y local. Y son, además, en muchos casos, obras de ingeniería ancestral que hoy en día prácticamente nadie sabe crear o restaurar.

Si en el caso de los tramos romanos o medievales que conocemos se intenta clasificar y preservar – lo poco que queda de ellos -, los antiguos caminos rurales del siglo pasado y anteriores están en su mayoría degradados, transformados e inutilizables, cuando no destruidos. El abandono al que han sido sometidos en las últimas décadas ha hecho que hoy ni siquiera sepamos dónde están y qué queda de ellos. El asfalto y el hormigón se han apoderado del territorio y muchos de ellos no son más que caminos grises, estériles e impermeabilizados donde nada crece ni se desarrolla.

En la región central del Algarve Barrocal [2] existía (y sigue existiendo) una gran red de valados [3] que unían los pueblos de este territorio, como Paderne, Boliqueime, Loulé, Sao Brás de Alportel, entre otros. Caminos enmarcados en el paisaje, técnicamente bien construidos, muchos de ellos con arbolado adosado a los muros y las calzadas y que son elementos valiosos y identitarios de nuestra región. Son, de hecho, un recurso físico con un alto potencial turístico, especialmente en  lo que respecta al senderismo, centrado por ejemplo en la interpretación cultural y paisajística del Algarve.

Estos caminos también tienen otro gran valor: se trata de caminos públicos. Y eso  tiene  hoy  un valor muy especial, sobre todo para aquellos a los que, como yo, les gusta pasear por el campo y preparar rutas de senderismo. Uno de los mayores obstáculos para la creación de redes de rutas peatonales de alta calidad estética y turística es precisamente la reducida existencia de estos caminos públicos, que a menudo -demasiadas veces-  conducen a la necesidad de utilizar pistas de tierra, los popularmente llamados caminos [4], algo que tiene poco interés para los caminantes. En realidad, muy poco.

Recuperar estos viejos caminos rurales sería un proyecto de gran interés y utilidad. Identificarlos, limpiarlos, desbrozarlos, cartografiarlos, estudiarlos y caracterizarlos, permitiría su puesta en valor y sería un recurso con gran potencial para el desarrollo de nuevos itinerarios lúdicos, deportivos y pedagógicos en nuestra región.

Tenemos que aprovechar lo que nos distingue de los demás y nos da alguna ventaja competitiva desde el punto de vista de la atracción. Lo que nos caracteriza y identifica como región mediterránea, rica en historia y patrimonio cultural y nos permite ofrecer experiencias enriquecedoras de alta calidad, desde un punto de vista cultural, ambiental, científico y educativo. Recursos y oportunidades que pueden hacernos más diversos y resilientes. Por todo esto (y mucho más) debemos hacer un esfuerzo por salvar estos vestigios de nuestro pasado reciente. Tenemos que salvar nuestros caminos. No solo nos conectan con nuestro pasado, sino que pueden llevarnos a un futuro más equilibrado y sostenible.

 

[1] Nom dels senders romans

[2] Regió geomorfològica de l’Algarve

[3] Camins protegits per murs o entre sèquies

[4] Com aquí, la paraula caminhos també genera confusions…

Joao Ministro és un enginyer ambiental impulsor de la companyia Proactivetur, ubicada a l’Algarve portugués, que treballa en projectes de turisme responsable a diferents indrets del país, i especialment a la seva regió natal. Està especialitzat en ecoturisme, turisme creatiu i rural i desenvolupament local. En aquest  àmbit, porten a terme des de la cooperativa Qrer, de la qual és fundador, accions en el camp del senderisme, essent un dels principals impulsors del Walking Festival Ameixial que cada any se celebra a Loulé. Com a tants i tants altres territoris, en els que la motorització ha anat arraconant durant dècades els camins tradicionals, reivindica la recuperació d’aquest patrimoni tan important per a la població local i per al turisme sostenible. Vet aquí els seus arguments.